La familia Ingalls contra el trumpismo
A quienes advierten a Netflix de que no ‘wokeice’ el ‘remake’ de ‘La casa de la pradera’, su protagonista Melissa Gilbert les ha respondido que la serie de Michael Landon ya era ‘woke’: condenaba el racismo, la misoginia o el maltrato, y nadie se ofendía por ello

Por si alguien todavía no sabe qué es woke, ayer Gabriel Rufián dio pistas en el Congreso: “La emergencia climática es woke, la igualdad es woke, los derechos LGTBIQ+ son woke, Europa es woke, la ONU es woke, pagar impuestos es woke, criticar a Franco es woke”... La derecha ha convertido una palabra que nació hace cien años como sinónimo de mantenerse alerta ante el racismo en sinónimo de todos sus demonios. Ahora ha sido Megyn Kelly, una de las nuevas mejores amigas de Trump, quien ha vuelto a usarla como insulto. Siempre alerta ante los peligros que acechan al pueblo estadounidense, la periodista ha advertido a Netflix que no wokeice el remake de La casa de la pradera. No le contestó la plataforma, sino Melissa Gilbert. La actriz que interpretaba a Laura Ingalls le recordó que la serie original difícilmente podría haber sido más woke, le citó una larga lista de temas tratados que hoy la soliviantarían y le señaló que antes no se decía woke, sino compasión. Fue como revivir una de sus peleas con la malvada Nellie Oleson.