La frustración ofensiva que dejó el derbi en el aspirante Atlético
Simeone y el equipo se marcharon del Bernabéu con la sensación de haber podido rematar al Madrid a la contra de haber estado más finos sus jugadores, más determinantes en ataque

Diego Pablo Simeone y sus jugadores abandonaron el Santiago Bernabéu con la sensación de que pocas veces como en esta ocasión (1-1) habían percibido que podían hacerle daño al Madrid. Detectaron la debilidad defensiva del conjunto de Carlo Ancelotti cuando fueron superiores en el primer tiempo y hasta cuando tuvieron que encomendarse a Oblak en el segundo. En ambos escenarios, el Atlético pudo montar transiciones limpias a las que le faltó mejor pie de sus jugadores más determinantes en ataque. No estuvieron muy finos ni Lino, ni Julián Alvarez ni Llorente en situaciones claras de contragolpe, Barrios falló un par de controles y Griezmann y Giuliano no trascendieron. El Atlético tocó bien atrás y en el medio varias veces para romper la presión del Madrid y esto le permitió desplegarse a campo abierto con más frecuencia de lo acostumbrado en sus visitas al Bernabéu. “Nos queda un sabor un poco amargo porque veníamos con la ambición de ganar y ser líderes. En el primer tiempo tuvimos varias situaciones que si estábamos más finos podríamos haber marcado”, admitió Julián Alvarez. En el descanso, Simeone basó parte de su charla en que si mejoraban la precisión en los últimos pases el partido sería del Atlético.