La guerra se recicla en el Catatumbo entre la coca, la frontera y el petróleo
Una presencia débil del Estado, el terreno perfecto para el narcotráfico y una frontera que facilita el movimiento de los grupos armados, han hecho imposible parar el conflicto armado en la zona del noreste de Colombia que vive una de las crisis humanitarias más graves de su historia
Los catatumberos llevan casi medio siglo viviendo en medio de guerras recicladas, y esta semana se viene librando una de las más crueles. El presidente Gustavo Petro ha anunciado que declarará la conmoción interior por lo que ocurre en esta zona campesina del noreste del país, que colinda con Venezuela, por los enfrentamientos armados entre las guerrillas del ELN y disidencias de las antiguas FARC, el frente 33. Los combates han dejado al menos a 60 personas muertas, de acuerdo a la Defensoría del Pueblo, y 32.000 desplazados. El ELN, la guerrilla más antigua de Colombia, intenta retomar a punta de plomo el control de la zona de mayor concentración de cultivos de hoja de coca en el mundo. “Estamos ante una de las crisis humanitarias más grandes y graves que ha enfrentado el Catatumbo, si es que esta no es la mayor”, ha dicho la defensora del Pueblo de Colombia, Iris Marín.