La inmigración atrapa a la CDU
La derecha alemana, favorita para ganar las elecciones, no puede ceder al discurso extremista con la excusa de frenarlo

El democristiano Friedrich Merz, favorito en las encuestas para vencer en las elecciones del 23 de febrero en Alemania, ha cometido una triple falta al aceptar esta semana el apoyo de la extrema derecha en varias votaciones parlamentarias contra la inmigración. Primero, por prestarse a impulsar medidas como el rechazo de los demandantes de asilo, que probablemente vulneran la legislación europea, además de la Ley Fundamental alemana, y que, de adoptarse, colocarían Alemania en la Europa de los extremistas Orbán o Meloni. Segundo, y esta es la falta más grave, debilita el cordón sanitario que en Alemania impide cualquier acuerdo o acercamiento con un partido ultra como Alternativa para Alemania (AfD), un principio que ha regido la vida democrática en una sociedad que aprendió de manera ejemplar la lección del nazismo. Y tercero, porque con este error no forzado Merz se ha disparado electoralmente en un pie y ha socavado su credibilidad como el líder que, salvo un vuelco en la campaña, se dispone a suceder al socialdemócrata Olaf Scholz como canciller.