La inteligencia artificial revolucionará la educación (para bien)
Pese a los retos que aún plantea, la IA puede cambiar para siempre la forma de enseñar


Durante las vacaciones de Navidad no pudimos cargar con demasiados cuentos en las maletas, así que decidí tirar de ChatGPT para ayudarme. La primera noche, le sugerí que me escribiera una historia sobre dos niños de tres y ocho años perdidos en una montaña nevada, que durara cinco minutos, que fuera divertida, que tuviera final feliz y que estuviera adaptada a niños de esas edades. En cinco segundos había escrito una historia más original y entretenida que muchos de los cuentos que habitualmente compramos. Los niños se engancharon inmediatamente. Al terminar, me pidieron otra. Y luego más. Después empezamos a interactuar con los protagonistas. Le dimos nuevos giros a la historia. Y más tarde creamos nuevos personajes. Y también cambiamos los finales. Terminamos leyendo más de media hora y eso se repitió casi todos los días de las vacaciones.