La marcha atrás de Trump sobre México y Canadá no ahuyenta al fantasma de la inflación
La tregua temporal acordada por el presidente de EE UU mantiene la incertidumbre sobre las posibles consecuencias de una guerra comercial

Eran un arma negociadora. Algunos analistas especulaban con que las amenazas comerciales del presidente de Estados Unidos se quedarían en eso, en bravuconadas con las que obtener a cambio compromisos de los países chantajeados. Y la realidad está dándoles la razón. Al menos en parte. Cuando parecía que con los gravámenes a Canadá, México y China, y la respuesta de los afectados, la sangre ya había llegado al río, Trump hizo de Trump y dio de forma repentina marcha atrás en las tarifas más agresivas, las previstas para México y Canadá, después de que ambos se comprometieran a reforzar sus fronteras. La suspensión por un mes, sin embargo, solo sirve por ahora para ganar tiempo, pero no frena la incertidumbre. Y las previsiones macroeconómicas que antes barajaban los expertos de las principales instituciones financieras se enfrentan a un reajuste, al aparecer en la ecuación un factor, el de la guerra comercial, que antes solo estaba en la lista de posibles.