La moda que se ponen ellas la diseñan ellos (otra vez)
La presencia cada vez más reducida de diseñadoras en puestos de poder evidencia mucho más la desigualdad en el negocio del vestir actual

Se va Donatella Versace y, para sorpresa de nadie, la posición de poder que deja vacante la asumirá un hombre. La salida de la diseñadora de la firma que fundara su hermano Gianni —y en la que ha permanecido al pie del cañón como directora creativa desde el asesinato de este, en 1997— pilló a propios y extraños con la guardia baja, mirando hacia frentes más alborotados en un momento de máxima tensión en el negocio del vestir. Cierto que los rumores de adquisición de la popular casa de la Medusa por parte del grupo Prada llevan sonando insistentes un rato largo, pero que el posible acuerdo de compra pasara por la renuncia previa de su emblemático mascarón de proa femenino es un giro de guion que nadie vio venir. “Ardo en deseos de contemplar Versace a través de nuevos ojos”, concedía en el comunicado emitido a propósito de su retirada por Capri Holdings, el conglomerado que se agenció la otrora empresa familiar italiana en 2018 tras desembolsar 2.000 millones de euros y que, como medida de gracia, le ha concedido el título de embajadora jefa de marca a la mujer que tiró de semejante carro durante casi tres décadas. Un cargo testimonial, decorativo. Mientras, recién llegado de dirigir el equipo de diseño de Miu Miu, Dario Vitale ocupará el que fuera su trono creativo. El fin de una era, clamaron los titulares. Tampoco hubo tiempo para llorarla.