La ‘primavera democrática’ que prometió Bernardo Arévalo aún no florece en Guatemala
La lucha contra la corrupción, principal promesa de campaña del presidente, se ve empañada por la resistencia de sectores del poder judicial y de la Fiscalía
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, cumple esta semana un año en el cargo. Doce meses en los que la lucha contra la corrupción, su principal promesa de campaña, se ha convertido en una carrera de obstáculos. La llegada del mandatario progresista supuso un soplo de aire fresco en un país carcomido por la descomposición de las instituciones, especialmente el sistema judicial. Ese “pacto de corruptos” que dominó la esfera pública sigue en pie y amplios sectores de la ciudadanía demandan a Arévalo una respuesta más contundente.