La segunda juventud de Lindsey Buckingham, arquitecto sonoro de Fleetwood Mac
El cantante conquistó la gloria para la banda, pero nunca triunfó en solitario. La reedición de sus olvidados discos como solista coincide con el nuevo bum que vive su antiguo grupo

Los mayores éxitos los proporcionaban Christine McVie y, en menor medida, Stevie Nicks, pero Fleetwood Mac nunca se habría convertido en una de las bandas más exitosas, admiradas y bendecidas del planeta entre 1975 y 1987 sin el concurso decisivo de Lindsey Buckingham. El representante masculino en tan irrepetible tridente de compositores era más afilado, histriónico y hasta desmedido en las tareas de escritura, y apenas ‘Go Your Own Way’ o ‘Big Love’ siguen siendo argumentos recurrentes con su rúbrica en esas emisoras que se alimentan de la nostalgia melómana. Pero todos sus compañeros de viaje son conscientes de que el barco nunca habría alcanzado puertos tan remotos sin el concurso de un hombre que, más allá de cantar, componer y desarrollar una peculiarísima técnica guitarrística, se erigió en arquitecto sonoro e instigador de argucias y virguerías en las grabaciones. Y sin aquellos malabares, álbumes como Rumours (1977), Tusk (1979) o Tango in the night (1987) nunca habrían alcanzado las cotas históricas que ya conservarán para la posteridad.
'20th Century Lindsey'
Lindsey Buckingham Warner (4 CD)