La semana de la moda de París deja (por fin) de imponer roles a las mujeres
Las nuevas colecciones de Dior, Alaïa, Courrèges, Dries van Noten y Chloé demuestran que los diseñadores se han dado cuenta de que no hay arquetipos femeninos ni cuerpos que vestir para terceros, sino mujeres y prendas para que cada una, con su historia, construya su propia identidad

Durante mucho tiempo (y a veces aún hoy), cuando los diseñadores comunicaban sus colecciones hablaban de “modelos de mujer”: la mujer “romántica” (con vestidos y colores pastel), la mujer “poderosa” (con traje de inspiración masculina, obviamente), la “sensual” (con prendas ceñidas y/o escotadas) o esa frase tan repetida como vacía de significado que describía a una “mujer sofisticada y segura de sí misma”. La moda es una de las herramientas más eficaces a la hora de construir la identidad, pero durante el siglo XX, y algo del XXI, las identidades (en plural) de las mujeres se han encerrado y comunicado en estas etiquetas, como si vestirse fuera interpretar un papel ya escrito de antemano por otros; como si la mirada externa, casi siempre masculina, fuera el criterio principal a la hora de relacionarse con la ropa. Los primeros días de la semana de la moda de París han resultado, en este sentido, una grata sorpresa: la mayor parte de las colecciones presentadas se han encargado de romper explícitamente con los prejuicios y las etiquetas asociados a la moda femenina.