La tregua en Gaza en primera persona: “No somos solo un grupo de supervivientes, sino una comunidad”
Una joven periodista gazatí describe la entrada en vigor del alto el fuego. El alivio de salir sin miedo por la calle queda empañado por la tristeza de caminar entre ruinas, la resiliencia colectiva choca con la certeza de que harán falta años para reconstruir esta tierra arrasada
La noche fue larga. Mucha gente no durmió esperando el amanecer, más por miedo que por emoción. Miedo a lo que venía por delante y miedo a que el frágil alto el fuego se resquebraje y aleje de nuevo cualquier atisbo de paz. El 19 de enero por la mañana contamos los minutos hasta las 8:30, cuando cesarían oficialmente las bombas sobre Gaza. Estábamos juntos, en familia, ancianos, padres y niños, como esperando el inicio de una gran fiesta, pero con el corazón vacío. Dentro de nosotros, sentíamos que finalmente tendríamos algo que celebrar, pero nos encontrábamos llenos de sentimientos encontrados, de lágrimas y de recuerdos dolorosos.