Lanata y la democracia
La democracia (...), de cualquier lugar del mundo, necesita periodistas apasionados por la verdad, como Lanata.
El lunes pasado falleció Jorge Lanata en Buenos Aires. Baste decir ahora que tenía 64 años, que su salud era frágil hace mucho tiempo y que los meses de internación resultaron tan dañinos como los males que padecía. Y digo que basta con eso porque, aunque es toda una historia, no es la que quiero contar.