Las heridas abiertas del gran terremoto de Turquía, dos años después
Menos de un tercio de las viviendas destruidas han sido reconstruidas, medio millón de personas vive aún en barracones y buena parte de la población sufre problemas psicológicos relacionados con la catástrofe

Cada día, el señor Sabahattin abre su barbería como si nada hubiera cambiado. Su localización era magnífica: a dos pasos de la calle principal del centro histórico de Antioquía, junto al mercado, los hoteles, las tiendas, frente a la iglesia protestante, muy cerca del templo ortodoxo de San Pedro y San Pablo. Ya no queda ninguno de esos edificios, apenas el suyo y el de un hotel, rodeados por descampados y escombros. “Al día pasan tres o cuatro clientes como mucho. Y se hace difícil sobrevivir con ello, pagar las cotizaciones, la luz, el agua del negocio”, lamenta.