Las instituciones morales europeas
La UE debe reforzarse para defenderse, pero también reflexionar sobre la impotencia de la democracia, en regresión en todo el continente

1. ”En este inicio de milenio muchas cosas dependerán de cómo nuestra civilización recoja este dilema: combatir el nihilismo o llevarlo hasta sus últimas consecuencias”. Lo escribió Claudio Magris en 1996. Y ahí estamos y cada vez más cerca de la pérdida de la noción de límites que encuadra nuestra condición y que ahora mismo está en almoneda. Nadie podrá alegar ignorancia. Sus protagonistas están ocupando la escena pública armados con la vanidad, la arrogancia y una presunción de omnipotencia que crece en tanto que no encuentran límites. No son profetas ni líderes revolucionarios que expresan la irritación de una ciudadana agobiada. Son personajes construidos con moldes de arrogancia, de descaro, de mezquindad, apoyados sobre poderes tecnológicos y económicos de incidencia universal.