Las recetas de los gestores para lograr un 4% con la renta fija ahora que las letras se apagan
La resistencia de la inflación y los desequilibrios fiscales anticipan un año de alto voltaje para la deuda. Los expertos sobreponderan los bonos corporativos de calidad con duraciones de dos a tres años para amarrar rentabilidad
La avalancha de emisiones propia del arranque de año y unos datos macroeconómicos que vienen a confirmar que la Reserva Federal no va a tener prisa por bajar los tipos se han traducido en un aumento de las rentabilidades de la renta fija. Una tendencia que se ha dejado sentir con más fuerza en los plazos más largos. Superados los momentos de mayor estrés en los que la deuda EE UU a diez años se ha acercado peligrosamente al filo del 5%, las declaraciones del próximo secretario del Tesoro, Scott Bessent, en favor de reducir la inflación y un dato de IPC estadounidense en línea con lo previsto han ayudado a templar los nervios.