Las rentas bajas y medias pagarán entre 200 y 425 euros más este año por no ajustar el IRPF a la inflación
Los asesores fiscales calculan el impacto de la no deflactación del impuesto en los últimos tres años en la próxima declaración de la renta

Entre 2022 y 2024, cuando la fuerte escalada inflacionista asoló a España y al resto del mundo, gran parte del debate en términos fiscales se movió alrededor de la deflactación del IRPF, una fórmula que consiste en ajustar los tramos del impuesto para evitar que el alza de los precios empuje a los contribuyentes a tributar por más dinero. El Gobierno defendió en todo momento —y todavía lo sigue haciendo— que era mejor optar por otros mecanismos para rebajar la factura de los ciudadanos, mientras que el PP insistió en las bondades de la deflactación para poner fin a lo que entendían como una subida de impuestos encubierta. Una vez que lo más duro de la crisis inflacionista parece haber amainado, el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) ha calculado cuánto ahorrarían los contribuyentes españoles en 2025 si el Ministerio de Hacienda hubiera llevado a cabo esta medida en el tramo estatal del IRPF: la cifra oscila entre los 200 euros para rentas bajas y los 1.500 euros para las muy altas.