Las votaciones sobre armas las carga el diablo
El Gobierno quiere evitar someter a una nueva tensión a la mayoría. El ejemplo italiano muestra las dificultades de la izquierda. Sánchez ve una enorme oportunidad tecnológica en el nuevo escenario

Una vez más, como en la pandemia y como en tantas otras ocasiones, España e Italia se miran de reojo con situaciones de base similares y respuestas muy diferentes. Los dos grandes países del sur de Europa tienen muchas más resistencias a aumentar el gasto en defensa que los del Norte y el Este, primero porque ven la amenaza rusa mucho más lejana, segundo porque sus opiniones públicas siempre fueron contrarias al gasto militar, aunque cada vez menos, y tercero porque están muy endeudados —mucho más Italia— y tienen poco margen para aumentarlo mucho y muy rápido sin hacer ajustes sociales. Un escenario que Pedro Sánchez ha garantizado a todos sus interlocutores en estos días y también públicamente que no se producirá.