Lesbianas, gais y transexuales de Georgia, en la diana: el fin de la capital libre del Cáucaso
El giro ultraconservador del partido gobernante en Tbilisi, similar al emprendido en Rusia y Hungría, aumenta la presión sobre la comunidad LGTBIQ+ del país, que sufre ataques, violencia y represión
El asesinato de Kesaria Abramidze fue un mazazo para la comunidad LGTBIQ+ de Georgia. El pasado 18 de septiembre, la modelo y presentadora transexual fue apuñalada repetidas veces. Los vecinos hallaron su cuerpo sin vida en medio de un charco de sangre. El autor confeso, detenido y que se enfrenta hasta a 20 años de cárcel, era su expareja, un joven de 26 años con el que —según había escrito la víctima en redes sociales unos meses antes— mantenía una “relación tóxica”. Si ella, una de las personalidades más famosas del país caucásico, no había podido evitar este fatídico final y —según escriben algunos medios locales— las fuerzas de seguridad no habían prestado atención a sus denuncias, ¿cómo van a sobrevivir los restantes miembros de la comunidad al creciente ambiente de odio que se abate sobre Georgia?, se preguntan activistas y gais, lesbianas, transexuales y el resto de la comunidad del país caucásico.