Lola Herrera: “En mi cabeza puedo ser una ancianita o una niña”

La actriz, que cumple este año 90 de vida y casi 70 de carrera, estrena la obra ‘El camino a La Meca’ junto a su hija, Natalia Dicenta, dirigidas por Claudio Tolcachir

Mar 16, 2025 - 01:00
Lola Herrera: “En mi cabeza puedo ser una ancianita o una niña”

La Herrera se baja de un taxi bajo la lluvia que lleva días asolando Madrid, saluda, y baja, la primera y a buen ritmo, los cinco o seis tramos de escaleras hasta llegar a las tripas del teatro Bellas Artes, donde, en un par de días, protagonizará el enésimo estreno de su carrera. Acaban de reformar los viejos camerinos del viejo coliseo y Herrera, con más tablas que un tablao a cuestas, celebra alborozada los cambios como una niña con zapatos nuevos. Bajo un moderno impermeable acolchado color hueso luce un sobrio conjunto de punto negro, un moño tirante y blanquísimo sobre la coronilla y un cutis virgen de afeites. Para las fotos, sin embargo, pone otras condiciones de maquillaje y peluquería: “No pretendo parecer ni guapa ni joven, pero esto queda para siempre y quiero salir bien”, pide, con ese puntito mezcla de pundonor y exigencia de las grandes del oficio. El luminoso resultado puede verse sobre estas líneas.

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VIDA DE UNA CÓMICA

Lola Herrera (Valladolid, 89 años hasta junio) se siente retratada cuando se le llama cómica, en el sentido clásico de la palabra, el de actriz, intérprete y creadora de personajes. Dueña de una gran voz y una gran presencia, no solo escénica, Herrera lleva casi siete décadas haciéndolo sobre las tablas. Son legendarias sus interpretaciones de mujeres devastadas y a la vez fuertes en el monólogo Cinco horas con Mario, en Función de noche, donde se esbozaban sus glorias y miserias de pareja con su marido, Daniel Dicenta, y en todas las obras que le han ofrecido, porque ella, asegura, siempre dijo que sí a todo por no poder decir que no. Ahora se desquita, solo quiere trabajar con quien quiere trabajar con ella. El último, el director Claudio Tolcachir, que la dirige a ella, a su hija, Natalia Dicenta, y a Carlos Olalla en el teatro Bellas Artes de Madrid, interpretando El camino a La Meca, una obra que reivindica la libertad personal, la soledad elegida y la alianza entre mujeres.