Los abrazos que el fútbol nos regaló
En ‘O Futebol’, de Sergio Oksman, los protagonistas tienen que traducir la alegría, la frustración, la euforia, la pena, de la hinchada. Interpretar los sonidos del aparato digestivo del estadio

Hay una escena en O Futebol, de Sergio Oskman, en la que el propio Sergio y su padre, Simao, están dentro de un coche escuchando, atentos, los ruidos de la ciudad durante un partido del Mundial de Brasil en 2014. “¿Eso fue gol?”, ante el sonido de una muchedumbre invisible, miles y miles de personas metidas en sus casas y en sus bares, o en el estadio, mientras ellos dos están sentados el uno junto al otro dentro del coche en medio de una calle desierta. “No, no, eso es una ocasión fallada”. Hay que traducir la alegría, la frustración, la euforia, la pena, de la hinchada. Hay que saber interpretar los sonidos del aparato digestivo del estadio. No existen en el deporte cosas mucho más poéticas que las ciudades vacías atentas al partido definitivo de fútbol, y dos almas errantes como ese padre y ese hijo, que llevan más de 20 años sin verse, viendo el partido sin verlo, adivinándolo por el rumor.