Los castores vuelven a un río Tajo menos contaminado: “Quien los soltó sabía que era un sitio ideal para ellos”
La presencia de estos animales en el cauce desde 2022 es a priori una buena noticia, plantea dudas a expertos y agentes medioambientales por los riesgos que conllevan las sueltas descontroladas

La presencia del castor europeo (Castor fiber) en aguas del Tajo no fue una sorpresa cuando, hace unas semanas, dos investigadores del Centro de Estudios Animales ―una agrupación de profesionales de la zoología que realiza labores divulgativas y de consultoría en esta materia― documentaron su presencia en Galemys. Spanish Journal of Mammalogy, la revista oficial de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem). El cuerpo de agentes medioambientales de Castilla-La Mancha encontró dos ejemplares muertos en 2022 y 2023, aunque los vecinos de la zona de Almoguera (Guadalajara), en el tramo medio-alto del río, ya les habían mostrado vídeos y fotografías en los que quedaba patente su presencia en estas aguas, menos alteradas por los usos humanos que otras latitudes del río más contaminadas. El agente que se halló el cuerpo del castor flotando en aguas del Tajo fue Carlos Manuel Jiménez, con 17 años como miembro de este cuerpo en la provincia de Guadalajara. Esas primeras evidencias, eso sí, no trascendieron públicamente hasta el pasado mes de diciembre, tras la publicación del artículo científico.