Los mercados privados como palanca de crecimiento
Es necesario desarrollar vehículos de inversión como fuente de financiación complementaria a la bancaria
A efectos de lo que vamos a analizar en este artículo, el universo de activos financieros puede dividirse en cotizados y no cotizados. A los primeros se los denomina “públicos”, al utilizarse la traducción del término inglés public, lo que en ocasiones lleva a error al interpretarse como “propiedad del Estado”. Pero en los mercados financieros y en la gestión de carteras, Repsol, Inditex o Grifols se consideran compañías públicas, dado que cotizan en la Bolsa. Cualquier activo que esté listado en un mercado financiero se denomina “público”, así como cualquier otro que no cotice recibe la denominación de “privado” (del inglés private). De ahí que cuando nos referimos a acciones de empresas no cotizadas, de préstamos directos a compañías, de inmuebles o de infraestructuras, así como de un buen número más de activos financieros (de hecho, la mayoría), los englobemos dentro de “mercados privados”. La característica de todos ellos es que no cotizan y, por lo tanto, comportan “riesgo de liquidez”, esto es, la dificultad (o imposibilidad) de adquirirlos o venderlos dado que, precisamente, no existe un mercado para ello.