Los puertos de Panamá, una ruta en auge para el tráfico de cocaína
Cárteles mexicanos y colombianos manejan un silencioso ejército de trabajadores y funcionarios corruptos que distribuyen la droga a todo el planeta. Europa ha emergido como nuevo destino preferente


Los carteles colombianos y mexicanos controlan el negocio del tráfico de drogas en Panamá. Han convertido al istmo en un corredor clave, una autopista para mover cocaína hacia Estados Unidos, Europa, Asia y África. Usan todo lo que está a su alcance: el Canal de Panamá, los puertos marítimos, las zonas francas y hasta el ferrocarril interoceánico. Si hay una conexión, ellos ya la tienen bajo su radar. Las organizaciones criminales han expandido su acción en las diferentes terminales portuarias hasta convertirse en amos de yardas y rutas. A su vez, han instalado sus brazos operativos en otros continentes para garantizar el flujo de la mercancía.