Maray y Yoan, la historia de amor partida por las deportaciones de Trump
El matrimonio cubano, que cuenta con residencia legal en México, fue separado tras cruzar a Estados Unidos. Ella pudo regresar a Ciudad Juárez, mientras él fue enviado esposado a Cuba

Faltaba un día para que Donald Trump tomara posesión como presidente de Estados Unidos y Maray Rojas ya sabía que su futuro no estaba en el país norteamericano. El domingo 19 de enero, la mujer cubana, de 49 años, hizo un movimiento muy extraño en la lógica migrante: cruzó el puente que une Ciudad Juárez y El Paso, pero de norte a sur, en el sentido contrario a la mayoría. Mientras cientos de migrantes se apresuraban para cruzar la frontera antes de la llegada del republicano a la Casa Blanca, Rojas se devolvía con su maletita a México. Allí era residente legal, allí se había casado y allí tenía un trabajo. Solo le faltaba una cosa: su marido, Yoan Vicente Pichardo. Ambos habían cruzado juntos a EE UU con el programa de asilo CBP One, pero él había sido detenido por la patrulla fronteriza estadounidense. Las autoridades se negaban entonces a retornarlo a México, pese a que ahí tenía estatus de residente permanente. El 25 de enero, en los primeros vuelos de deportación de Trump, se llevaron a Yoan, esposado, de vuelta a Cuba.