Mario Vargas Llosa regresa al mítico prostíbulo de la novela ‘La ciudad y los perros’
El Premio Nobel continúa con sus paseos discretos por los lugares que inspiraron su obra, esta vez en la zona rosa de la Lima de mediados del siglo XX
Entre 1926 y 1956, siete cuadras en el distrito de La Victoria fueron el símbolo de la bohemia y el libertinaje de la Lima antigua. Adultos y jovenzuelos de distinta clase social, en traje, saco y corbata, se paseaban desde la avenida Grau hasta el jirón Barranca, contemplando a decenas de mujeres extranjeras, quienes desde sus ventanas les saludaban para luego darles su tarifa y así concretar un encuentro sexual. El jirón Huatica fue la primera zona rosa de la capital y, por tanto, se convirtió en el lugar de iniciación sexual de muchos jóvenes. Por esos años se hizo célebre una máxima para hallar el lugar: “Huatica, allá donde apunta el inca”, en referencia a un monumento cercano del inca Manco Cápac.