Moeve quiere dejar atrás un pasado llamado Cepsa
La compañía energética, controlada por el fondo Mubadala de Abu Dabi, país que basa su riqueza en los hidrocarburos, intenta distanciarse de un siglo de actividad centrada en el petróleo
Moeve (antigua Cepsa) lo está dejando. El petróleo, no el tabaco. Como en la canción de Sabina, la compañía que controlan el fondo Mubadala de Abu Dabi (61,5%) y Carlyle Group (38,5%) cree que ha llegado el día de plantearse muy seriamente el futuro del negocio. En palabras de su consejero delegado Maarten Wetselaar, directivo de Shell durante un cuarto de siglo, Moeve se transforma en “otro tipo de organización, en la que la mayor parte de sus beneficios provendrán a final de la década de actividades sostenibles”. No es algo excepcional. Todas las grandes petroleras aseguran ahora que apuestan por la sostenibilidad y las renovables. Lo hacen entre el escepticismo de las organizaciones ecologistas y las críticas políticas —caso de EE UU— que acusan a los gigantes petroleros de sembrar proyectos pseudo sostenibles para bloquear cualquier progreso en la lucha contra el cambio climático. Moeve va en serio, sostienen fuentes de la compañía. Al no ser empresa cotizada, puede apostar por la transformación con menos presión y meter una marcha más que sus hermanas mayores.