Morena prolonga su guerra fría con la Suprema Corte de México
El oficialismo excluye a la mayoría de los togados del festejo republicano por la Constitución de 1917, otro botón de muestra de la pérdida de poder del Alto Tribunal

Morena no solo ha ido quitando poderes a la Suprema Corte de Justicia de México, sino que también ha arrinconado al máximo tribunal hacia la invisibilidad política. La reforma judicial impuesta por el oficialismo creará este año una nueva Corte, integrada por nueve ministros electos por voto popular y que tendrá menos facultades que el actual órgano jurisdiccional. Mientras tanto, los togados salientes, aunque renunciaron, están obligados a seguir despachando asuntos mientras llegan sus relevos, en septiembre. El Supremo mexicano opera ahora con una limitada agencia política. A pesar de que el Judicial es uno de los tres poderes que conforman el Estado mexicano, la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha decidido no invitar a su titular, Norma Piña —cabeza también de la Suprema Corte—, al aniversario de la Constitución de 1917, una liturgia oficial eminentemente republicana. Solo han sido invitadas las ministras Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, las tres juezas alineadas a Morena, según ha podido confirmar EL PAÍS. El desaire de la presidenta es solo el último episodio de la serie de choques entre el oficialismo y los jueces.