Nadie quiere vivir en Socio Vivienda, el barrio de Guayaquil tomado por las pandillas
La espiral de violencia acelera un desplazamiento forzoso en un país que afronta en menos de dos semanas unas elecciones clave para la lucha contra el crimen organizado


Cuando Daniela llegó a Socio Vivienda, vio a sus vecinos con maletas, mochilas y abrazando canastas con unos pocos trastes de cocina. Arrastraban a los niños para que caminaran más rápido. No corrían. No podían hacerlo aunque sus piernas lo pidieran a gritos. Sabían que el menor indicio de trasiego en este barrio de Guayaquil, uno de los más violentos de un país que vive una era de muerte y destrucción, los convertiría en blancos fáciles para los criminales que se ocultaban como sombras entre los recovecos más oscuros de la zona, aguardando para disparar desde un lugar que ni siquiera ellos mismos podían ver.