Nadine Sierra, una ‘Traviata’ bella, sensible y apasionada que embelesa al Liceu
La diva estadounidense fue la indiscutible triunfadora en el regreso de la producción de David McVicar de la ópera más famosa de Giuseppe Verdi al teatro barcelonés
Como operista, Giuseppe Verdi fue siempre tan preciso en lo musical como en lo dramático. Sus cartas incluyen abundantes comentarios que anteponen la expresión teatral al decoro belcantista. Es famosa la crítica que espetó al escultor Vincenzo Luccardi en 1854 sobre la producción romana de La traviata, que la censura había deformado: “Han convertido a su protagonista en pura e inocente. ¡Muchas gracias! Así han estropeado todas las localizaciones y todos los personajes. Una puta siempre debe ser una puta. Si el sol brillase de noche, ya no habría noche. En resumen, no entienden nada”. Y acerca de su cantante ideal, informó al empresario Cesare Vigna pocos meses después de su infructuoso estreno en Venecia, en marzo de 1853: “Una prima donna de gran sentimiento, canto apasionado y hermosa presencia. Sin estas cualidades, es imposible que tenga éxito”.
La traviata
Música de Giuseppe Verdi. Libreto de Francesco Maria Piave.
Reparto: Nadine Sierra, soprano (Violetta Valéry); Gemma Coma-Alabert, mezzosoprano (Flora Bervoix); Patricia Calvache, soprano (Annina); Javier Camarena, tenor (Alfredo Germont); Artur Ruciński, barítono (Giorgio Germont); Albert Casals, tenor (Gastone); Josep-Ramon Olivé, barítono (Barón Douphol); Pau Armengol, bajo (Marqués de Obigny); Gerard Farreras, bajo (Doctor Grenvil); Carlos Cremades, tenor (Giuseppe, sirviente de Violetta); Pau Bordas, bajo (Criado de flora); Alessandro Vandin, bajo (Comisionado).
Coro y Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu.
Dirección musical: Giacomo Sagripanti. Dirección de escena: David McVicar. Reposición: Leo Castaldi.
Gran Teatre del Liceu, 17 de enero. Hasta el 2 de febrero.