Ona Mafalda: “Soy princesa, pero no voy a dejar que el prejuicio me impida ser quien quiero”
La cantante y compositora, hija de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, presenta ‘Ya no soy esa’, una versión del clásico de Mari Trini que, sostiene, clava su momento vital y profesional


Cita en el antes bohemio y ahora convencionalísimo Café Comercial de Madrid un martes a mediodía bajo el diluvio que no cesa últimamente en la ciudad. Cuando llegamos, ya está esperando en la barra. Una chica de pelo largo y raya en medio con camiseta rockera de manga corta sobre otra de manga larga y bajo un zamarro de batalla que, sin embargo, emana ese no sé qué sofisticado de las niñas bien de toda la vida. O igual son mis prejuicios. Una lleva décadas viendo a sus padres, el príncipe Kyril de Bulgaria y la aristócrata mallorquina Rosario Nadal, derrochar belleza y glamur en las portadas de la revista ¡Hola! junto a la élite de la realeza, la moda y las celebridades internacionales, y alguna idea preconcebida tiene al respecto. Ella lo sabe, claro, pero, lejos de blindarse, que también un poco, se muestra cálida y cómplice en una conversación que salpica de expresiones británicas con la naturalidad de quien las ha mamado y no se da cuenta. Parece sincera.
Mafalda Sajonia Coburgo Nadal (Londres, 30 años) nació y creció entre algodones, o eso se supone a los cachorros de su cuna. Nieta del rey Simeón de Bulgaria, hija del príncipe Kyril y la marchante de arte Rosario Nadal, frecuenta desde su infancia a la élite internacional como familiares y amigos de los suyos. Educada en el Liceo Francés de Londres, primero, y en el Berklee College of Music de Boston más tarde, se dedica a la música desde hace 10 años y toca en festivales y bares sin dejar de aparecer en las primeras filas de desfiles de moda ni los eventos exclusivos de su clase. Casada en 2022 con el financiero libanés Marc Abouleisman, compañero de estudios en Londres, se separó en 2024. Un divorcio que, junto a su mudanza a Madrid, reconoce que le dio la vuelta a su vida. Ahora presenta su versión del 'Yo no soy esa', el himno feminista de Mari Trini, adaptado a sus circunstancias, cambiando el "yo" por el "ya". Frente a frente, resulta cercana y sincera. A veces los prejuicios van en doble dirección.