Ortega y Murillo ya tienen su legión de 76.800 paramilitares en Nicaragua
La pareja presidencial oficializa un ejército conformado en su mayoría por empleados públicos exhibidos con pasamontañas. “Sentí vergüenza. Fui obligado”, asegura uno de ellos


Lorenzo cerró los ojos cuando la copresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, se puso de pie en la tarima central de la Plaza la Fe, en Managua, a la vera del Lago Xolotlán, y lo juramentó —junto a 29.999 personas más— como “héroe de la paz” y “policía voluntario”. Estos son los eufemismos que usa el régimen sandinista para llamar a sus paramilitares, una de las fuerzas represivas más letales al servicio de la pareja presidencial (formada por Daniel Ortega y Rosario Murillo) y principales perpetradores en 2018 de más de 350 asesinatos de manifestantes, según la ONU. La diferencia es que, desde enero de 2025, a este grupo paraestatal se le ha dotado de legalidad gracias a la reforma constitucional que consolidó un Gobierno de carácter totalitario, pertrechado de fuerzas oficiales y cuerpos armados acusados de cometer crímenes de lesa humanidad.