Pablo Grillo, el fotógrafo que expone la brutalidad policial en Argentina
El impacto de una bomba de gas en la cabeza durante una marcha de jubilados tiene al reportero al borde de la muerte


Pablo Grillo tiene 35 años y es fotógrafo. El miércoles pasado, fue con su cámara hasta la plaza frente al Congreso en Buenos Aires para documentar la última protesta de jubilados. Apenas pasadas las cinco de la tarde de aquel día, la policía lanzaba bombas de gas lacrimógeno y los carros hidrantes dispersaban a la multitud. Grillo vio un mueble de madera ardiendo sobre el asfalto. Esquivó los chorros de agua y se arrodilló para sacar una foto de los antidisturbios a través de las llamas. Apuntó con su cámara y segundos después se desplomó. Una bomba lacrimógena lanzada por un gendarme le dio de lleno en la cabeza y le partió la frente. Grillo lleva una semana entre la vida y la muerte, como evidencia de la política de mano dura contra las protestas que aplica el Gobierno de Javier Milei.