Panamá y el uso de la fuerza
La amenaza del uso de la fuerza para respaldar una pretensión absurda generaría más costos que beneficios.
A finales de 1989, en una operación militar que involucró a 27.000 soldados estadounidenses respaldados por más de 300 aeronaves, se invadió Panamá. En menos de diez días, la totalidad del país estuvo bajo el control de las tropas extranjeras, que casi no sufrieron bajas. El uso de la fuerza puso fin a una larga crisis provocada por la hostilidad hacia Washington de un antiguo informante de la CIA, quien asumió la jefatura del Estado y el mando de las fuerzas armadas: el general Antonio Noriega, cuyos vínculos con el narcotráfico fueron ampliamente probados.