Pedro Sánchez no tiene al Congreso amordazado
Los grupos parlamentarios pueden plantarse, algo que distingue a las democracias de los regímenes que no lo son; pero a menudo no quieren porque no conviene a sus intereses

Pedro Sánchez ya ha definido qué es “gobernar sin el Parlamento”: pretende subir el gasto en defensa sin contar con los grupos; resistir en La Moncloa aun sin presupuestos; o rebajar la complejidad parlamentaria tirando de decretos ley. Su estilo es presidencialista: las Cámaras son más el precio a pagar para gobernar que la legitimación de sus políticas. Ahora bien, España no camina hacia ninguna dictadura: sus socios podrían impedir el unilateralismo de La Moncloa cuando quisieran pero, a menudo, no quieren.