Petro ya tiene a su Yidis
Dos meses después del cambio en la normatividad para elegir notario, el Gobierno nombró a Daniela Andrade como la nueva notaria 36 del circuito de Bogotá. ¿Qué hizo para tener tanta suerte?

¿Quién no quisiera tener una notaría? Una notaría de esas a las que llegan todos los días hombres de traje y mujeres elegantes para hacer registros de cualquier tipo de negocios, todos por montos excesivamente altos, es decir, de esos que dejan en la caja una suma cuantiosa de dinero proporcional al hecho jurídico que se acompaña y sobre el que tan solo basta con estampar un sello, hacer una firma para convertirse en garante. Es un trabajo cómodo en el que no hay que hacer más que esperar que lleguen los clientes. Sin necesidad de hacer publicidad alguna. Sin tener que pensar en hacerse famoso para devengar gruesas sumas de dinero. ¡Es un sueño ser notario! Sobre todo en Colombia, país de leguleyos, donde se considera al documento hecho en notaría una especie de papel sagrado, casi como las santas escrituras.