Pobre pez diablo
Nos pasamos la vida temiendo enormes monstruos imaginarios que al final miden seis centímetros

Hasta hace poco eran más las personas que habían ido a la Luna que aquellas que habían descendido a más de 6.000 metros. Conozco el dato porque acabo de terminar de leer Nuestras esposas bajo el mar, primera novela de Julia Armfield, un extraño libro de ciencia ficción sobre una mujer que viaja al fondo del océano. Su esposa, aterrorizada ante la posibilidad de que nunca regrese, la espera mientras se aficiona a un foro donde otras mujeres fingen elaboradas historias sobre parejas perdidas en el espacio. Allí desarrollan un lenguaje propio, con acrónimos como MMEEL (mi marido en el espacio) o lugares comunes como VM (volvió mal).