¡Presenten armas! Así se prepara la industria de Defensa española para su día D
La explosión de la demanda tras el programa de gasto militar propuesto por la Comisión Europea pone a prueba un tejido empresarial fragmentado en más de 400 compañías que buscan hueco en el proceso de rearme abierto en el Viejo Continente

La guerra llama a la puerta y Europa bracea entre dos ideas. Una: los conflictos bélicos son la prolongación de la política por otros medios; dos: ninguna guerra larga ha beneficiado jamás a algún país. Entre Clausewitz (1780, De la guerra) y el estratega chino Sun Tzu (500 antes de Cristo, El arte de la guerra) hay más de 2.000 años empedrados con inversiones ingentes en recursos para la defensa y el ataque. La invasión rusa de Ucrania y la nueva Administración de EE UU han puesto patas arriba el orden internacional, las alianzas políticas y militares (OTAN), y, al menos en el Viejo Continente, las bases de la industria de Defensa. Europa, empujada por EE UU, ha decidido acelerar el gasto. Entre 2021 y 2024, según datos del Real Instituto Elcano, el desembolso en Defensa se elevó a 326.000 millones de euros en Europa, un incremento del 30%, del que su industria obtuvo retornos por valor de 159.000 millones. Bruselas quiere otros 800.000 millones en el próximo cuatrienio. Un acelerón que arrastra a los Estados. También a sus empresas, que, en el caso de España, son muchas —más de 400, según el Ministerio de Defensa— y de tamaño reducido. La compañía Indra —28% de capital público— emerge como el embrión de un campeón nacional en el sector con los ojos puestos en empresas como Santa Bárbara —controlada por General Dynamics— o ITP Aero.