Salir de las trincheras
El diálogo no es solo una idea abstracta o un concepto idealista. Debe suceder en lo cotidiano. Hay una necesidad urgente de puntos de encuentro

Salir de las trincheras no es una decisión fácil, y menos aún cuando no sabes de dónde viene la amenaza. No sabemos qué pensaron aquellos primeros soldados de la Primera Guerra Mundial cuando, el 25 de diciembre de 1914, se levantaron de las trincheras y salieron al encuentro de quienes, hasta ese momento, eran sus enemigos. Compartieron cigarros, música, incluso improvisaron partidos de fútbol. La guerra de trincheras era devastadora; su brutalidad borraba todo rastro de humanidad en cada combatiente.