Silba, abuchea, pero no se lo cuentes a tu madre
Cada vez provoca más vergüenza asomarse a los grandes estadios de fútbol, da igual la cantidad de veces que apartemos la mirada o nos tapemos los oídos

Cada vez provoca más vergüenza asomarse a los grandes estadios de fútbol, da igual la cantidad de veces que apartemos la mirada o nos tapemos los oídos. Este mismo martes, durante el minuto de silencio organizado por el Real Madrid para recordar al fallecido Javier Dorado, un nutrido grupo de hinchas del Atleti encontró la ventana de oportunidad que estaba buscando para llamar la atención y se puso a silbar. ¿Imaginan la escena posterior? Uno de esos hinchas llega a su casa. Satisfecho pese a la derrota, como el Cholo Simeone. Se encuentra con su hijo, todavía despierto. O con su madre, que le ha preparado una tortilla. Y a la pregunta de qué tal ha ido el partido, este le contesta: “De maravilla. Hemos profanado el recuerdo a un chaval que se murió la semana pasada tras una larga enfermedad y todavía nos queda el partido de vuelta. Sácate algo de pan”.