Sinner es un fenómeno, pero se impone ser aún mejor: “Quiero ser un tenista completo”
El número uno, en constante evolución, admite los paralelismos con Djokovic y Zverev lo corrobora: “Es muy parecido a Novak, no te dan espacio ni tiempo”

Recién coronado en Australia por segunda vez, tercera en un grande, Jannik Sinner responde con su calma característica a los periodistas, quienes detrás de ese discurso educado y esa cara de chico bueno, pecas y rizos pelirrojos, adivinan a un potencial tirano de guante blanco. La reencarnación del gran dominador de todos los tiempos. Un Djokovic 2.0. El arte de mecer de un lado al otro al adversario. “Es muy parecido a Novak cuando estaba en su mejor momento. Apenas fallan y te hacen sentir que tienes que pegar un extra todo el rato para ganar un peloteo contra ellos. Están constantemente sobre la bola, no te dan espacio ni tiempo”, describe con resignación Alexander Zverev, rendido en el episodio final del torneo (6-3, 7-6(4) y 6-3, en 2h 42m) y por tercera ocasión en el desenlace de un major. Lo intenta y lo intenta mientras los que se van dieron buena cuenta de él y de su generación, y los que han entrado se frotan las manos porque el hoy les pertenece.