Tagarnina, la mala hierba al borde del camino que es un tesoro para muchos
Esta planta, que apenas se cultiva y se recoge principalmente en su estado silvestre en el campo, es un clásico de restaurantes de la Andalucía más occidental donde se sirven en potajes, revueltos o ‘esparragás’

Para la mayoría no es más que una mala hierba al borde del camino. Una que, con suerte, apenas llama la atención cuando sus flores amarillas lucen sobre su alto tallo espigado. Para otros, sin embargo, es un tesoro. Un bocado exquisito que disfrutan como uno de los mayores manjares que regala el campo. Y aunque se conoce por multitud de nombres en toda la península Ibérica, es Andalucía donde tienen su reino las tagarninas “Son algo muy especial, rústicas y brutas, pero con un saborcito delicado y una textura alucinante”, señala el agricultor y divulgador sevillano Renato Álvarez, sobre una planta que destacaron los griegos, citó Cervantes en El Quijote y hoy se celebra en los restaurantes que tiran de tradición.