Terapia o sindicato: ¿qué estamos haciendo mal?
En las últimas décadas se ha roto el tabú de la salud mental, y cada vez más gente busca acompañamiento terapéutico y reconoce que necesita ayuda para encontrarse bien y enfrentar las cicatrices que le ha ido dejando la vida. Y eso es bueno. Para esas personas y para su entorno. Pero hay que saber elegir con lo que te quedas.

Quiero aclarar que soy de las que considera que a todo el mundo le vendría bien ir a terapia, porque desconfío de la gente que “es capaz de solucionar sus propios problemas”, sobre todo cuando -con la sola perspectiva de tener a esas personas enfrente- a veces percibes que bien, bien… no lo están haciendo.