Tomás Tarruella (Tragaluz): “En Madrid no hay sitio para tanto restaurante. Va a haber muchos cierres, es una ciudad que devora proyectos”

Empezó con su madre en un bar de bocadillos en Barcelona. Hoy cuenta con 24 restaurantes, el último lo acaba de abrir en la capital, da empleo a 850 personas y factura 50 millones

Feb 18, 2025 - 05:00
Tomás Tarruella (Tragaluz): “En Madrid no hay sitio para tanto restaurante. Va a haber muchos cierres, es una ciudad que devora proyectos”

Se fue a estudiar Derecho a Estados Unidos, sin vocación, por aquello de que su padre era abogado. Con 19 años, Tomás Tarruella (Barcelona, 60 años) abrió la primera heladería de Häagen-Dazs en Barcelona. Un año después, y con dinero que le había dejado en herencia su abuelo, montó Mordisco, con su madre, la empresaria Rosa Esteva. Fue el germen de lo que es años más tarde el grupo Tragaluz, que cuenta con 24 restaurantes, da empleo a 850 personas, factura 50 millones de euros, y acaba de abrir un nuevo local, Tragaluz, de 500 metros cuadrados en el número 8 de la calle Gil de Santivañes, en plena milla de oro en Madrid, ciudad en la que ya tienen Bar Tomate, Luzi Bombón y Bosco de Lobos. En 2019 se independizó de la familia —incluida su madre, que ahora gestiona los dos locales de Mordisco, en Barcelona y en el outlet de La Roca Village, además de ser la propietaria del edificio que albergó al Hotel Omm, que llegó a ser una referencia hotelera en la ciudad, y cuya gestión tiene cedida al grupo holandés Sircle Collections con el hotel Sir Victor—. También de los 36 socios —amigos que fueron entrando en el capital y con los que fueron abriendo restaurantes— que formaban parte de las más de 20 sociedades con las que contaba el grupo. Puso orden en el negocio y dio entrada al fondo de capital riesgo Miura Partners. Afirma que en este proceso “por suerte, no ha habido damnificados”. Enmedio se cruzó la pandemia, periodo que califica de dramático y del que se han rehecho hace año y medio. “Hemos pasado los últimos cuatro años apuntalando y sobreviviendo”, dice, sentado en la sala del recién estrenado Tragaluz, mientras observa cómo van llegando los clientes.

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