Torrente y Terminator a los mandos de una nave espacial
Los Estados que más hacen por sus ciudadanos son los más odiados. Nuestro futuro depende de que sepamos pensar esta paradoja

¿Te imaginas a Torrente a los mandos de una nave espacial? Pues eso es la presidencia de Donald Trump. Y no solo porque un arrogante inepto vaya a conducir la maquinaria más sofisticada del mundo, sino por la inverosímil alianza que sostiene a Trump: los paleoconservadores de Steven Bannon que anhelan volver al pasado idílico y los intergalácticos de Elon Musk que quieren saltar al futuro utópico. Unos añoran la América de los 50. Los otros sueñan con el Marte de 2100. Unos rechazan a los inmigrantes y miran dentro de las fronteras. Los otros necesitan mano de obra foránea y no conocen fronteras terrestres ni espaciales. Unos desean ahorrar conduciendo coches contaminantes. Los otros, enriquecerse haciendo vehículos eléctricos. Unos son tradicionales y cristianos. Los otros, neoliberales y transhumanos. Más que dos tipos de personas son casi dos especies distintas, sobre todo si Musk sigue experimentando con chips cerebrales. Unos, humanos; los otros, ciborgs. Torrente contra Terminator.