Trasierra, un hotel con vocación de hogar en Sierra Morena
Este cortijo del siglo XVI fue rehabilitado por la familia Scott en los años setenta. Hoy aquí no se va por el lujo y las comodidades modernas, sino por el encanto de lo rústico y para alejarse de las prisas del mundo

Llueve incesantemente al llegar al cortijo, los cipreses que flanquean el camino de entrada se inclinan levemente por el fuerte viento, como dedicando una reverencia. A lo lejos, una figura en la entrada nos espera ataviada con sombrero, botas de campo y un racimo de paraguas. Es Gioconda Scott, una de las artífices del proyecto Trasierra, en pleno corazón del parque natural Sierra Morena de Sevilla. “¡Lleva unas semanas sin llover y tiene que hacerlo precisamente hoy!”, exclama pizpireta con un peculiar acento, mitad sevillano mitad británico, mientras tiende unos paraguas con una sonrisa. La lluvia en este lugar, plagado de olivos y buganvillas, no tiene nada de molesto. En el interior espera la matriarca, Charlotte Scott, con una copa de jerez en la mano. Pero comencemos por el principio.