Tú pinta las paredes, que yo facturo 55 millones de euros: Montana Colors, la empresa visionaria de los grafitis
La compañía, fundada en 1994, fue una de las primeras empresas que prestó atención al fenómeno urbano de las pintadas. Ahora sus ‘esprays’ se abren a otros usos para ampliar la oferta a más usuarios

Jordi Rubio, responsable comercial de una empresa de pintura en aerosoles, vio los números y se preguntó cómo una tienda pequeña de jardinería podía vender aquella cantidad de espráis. Resultó que al otro lado del mostrador de aquel establecimiento, en la Barcelona que bullía en plena resaca olímpica, había un joven grafitero que los utilizaba y los vendía a otros escritores (como se conocen en la jerga) como él. Rubio vio en Moockie, que así firmaba el dependiente, y su amigo Kapi un tipo de usuarios a los que prácticamente nadie había prestado atención. Como amante de la escalada, reconoció en ellos la sensación que experimentaba ante una pared: él para subirla, ellos para pintarla. Cuando su jefe rechazó la propuesta de desarrollar una línea específica para los chavales del grafiti, Rubio decidió hacerlo él mismo. Junto a su socio, Miquel Galea, puso en marcha Montana Colors, una compañía referente en el movimiento que ahora se lanza a la conquista de nuevos usos y que, cuenta Olga Fuertes, su directora general, ha nacido tres veces.