Un Alcaraz resolutivo hacia la feliz rutina de las semifinales

El español vence por 6-3 y 7-6(4) al aguerrido Cerúndolo, abandonando el fondo y lanzándose a la red, y alcanza por cuarta vez seguida la penúltima ronda del torneo

Mar 14, 2025 - 04:00
Un Alcaraz resolutivo hacia la feliz rutina de las semifinales

Si la idea sigue adelante, puede ir rascándose Carlos Alcaraz el bolsillo. “¿Debería comprarme una casa aquí?”, se pregunta el español después de batir por a Francisco Cerúndolo (6-3 y 7-6(4) y acceder por cuarta vez consecutiva a las semifinales de Indian Wells, marco de lujo y grandes fortunas; Larry Ellison y Bill Gates, sin ir más lejos, suelen ser dos fijos en las gradas entre otros muchos con profundidad en la chequera. El caso es que el murciano dice sentirse como en casa en el desierto californiano, testigo esta vez de una versión menos brillante (o apabullante) y más trabajadora del tenista, exigido de principio a fin por el argentino y las diabluras del factor climatológico; sopla otra vez con fuerza el viento —doce desapacibles grados, abrigos y rebecas para protegerse— y la pelota del rival esta vez sí hace daño, pero Alcaraz se sobrepone a lo uno y lo otro, y termina desembarcando un año más en la penúltima ronda de un torneo que va haciendo suyo. “Aquí siento paz”.

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KEYS, LA TENISTA DEL MOMENTO

Podría pensarse en Aryna Sabalenka o Iga Swiatek, pero no. La tenista que hoy día marca el paso y gana sin cesar no es otra que Madison Keys, después de muchos años de intentos frustrados. La estadounidense, de 30 años y quinta del mundo, enlazó su decimosexta victoria de la temporada (doble 6-1 a Belinda Bencic) para acceder a las semifinales del torneo y consolidar así su magnífico momento.

Se enfrentará la próxima madrugada a la bielorrusa, mientras que por el otro lado chocarán la polaca Swiatek y la joven Mirra Andreeva, quien sigue brillando (7-5 y 6-3 a Elina Svitolina) después de haber triunfado recientemente en Dubái. Hasta ahora, Keys no ha perdido ningún partido y se ha coronado en Adelaida y el Open de Australia, a la vez que nunca había llegado tan lejos en California.