Un ejército de voluntarios apuntala el frente y la retaguardia en Ucrania
Al menos 122 voluntarios civiles y más de 300 en el ámbito militar han muerto mientras ayudaban a víctimas de los ataques rusos
Un cigarrillo rubio entre los dedos y un café americano. El chaleco antibalas, el casco y el botiquín en el maletero de su furgoneta. Es todo lo que necesita Oleksandr Humanyuk, de 38 años, para su misión: ir a Kupiansk, una de las ciudades en la provincia de Járkov bajo intensos bombardeos rusos, evacuar a siete personas que han pedido ayuda y volver para contarlo. Pone su vida en riesgo casi a diario, y lo hace porque quiere. No es su empleo, es su modo de vida elegido por convicción: “Las personas están hechas para las personas. Evacuar significa sacar a alguien de un universo moribundo y traerlo a un mundo aún vivo. Un voluntario es como un rayo de esperanza para un evacuado. Cualquiera que haya sido un rayo así quiere más y más”, argumenta Humanyuk.