Un gran consorcio científico español investigará los enigmas moleculares de la ELA
Un proyecto con casi cuatro millones de financiación pública reunirá a los máximos expertos del país para estudiar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa

Decía el escritor y periodista Martín Caparrós en un artículo reciente en El País Semanal que la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es “una condena”. Él, paciente con esta enfermedad degenerativa, lo sabe bien. La dolencia, que afecta a las neuronas motoras encargadas de controlar los músculos voluntarios, no tiene cura ni tratamiento efectivo para frenar su progresión. Simplemente, avanza, arrasando estas neuronas y provocando una atrofia muscular que, tarde o temprano, termina dejando al enfermo inmóvil, sin capacidad de hablar o respirar, pero con todas sus facultades mentales intactas. “La mayoría todavía andamos por ahí, con o sin silla, con o sin voz, con o sin desespero, intentando que, a falta de futuro, el presente dure todo lo posible”, escribía Caparrós.