Un mundo extraño y maravilloso
En el libro ‘Crónicas balcánicas’, el periodista Axel Torres narra sus cinco viajes para conocer la realidad del fútbol en Albania y Kosovo
Decía el filósofo José Ortega y Gasset que “sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender”. Así es como empiezan las pasiones. Algo —puede y suele ser un detalle minúsculo— capta nuestra atención y se convierte en el inicio de un camino que tendrá subidas y bajadas, que hará altos en fondas y en hoteles y que, por encima de todo, permitirá ensanchar la mirada a través del conocimiento de otras realidades. Algo así le sucedió siendo un niño al periodista y experto en fútbol internacional Axel Torres. A su precoz incorporación a la profesión se sumó la atracción que los Balcanes ejercieron sobre la generación europea que crecía en los años 90. Las historias e imágenes de la guerra que asoló la antigua Yugoslavia se reproducían en la prensa mundial, impactando a miles de niños y adolescentes que no sabían lo que era un conflicto armado. A ese drama se le sumó la fascinación por el talento deportivo que la zona exportaba. Las principales competiciones de deportes por equipo incorporaron a aquellos jugadores que huían de la guerra. Su habilidad y espíritu competitivo hizo que, en muchos casos, se convirtieran en ídolos. Aún resonaban los ecos de los temibles Estrella Roja, Partizán de Belgrado o de la Jugoplastika.